sábado, 1 de diciembre de 2007

Venganza


Me he puesto a pensar cuál es mi palabra favorita, y la ganadora fue: venganza. Me encanta realizar venganzas, tal y como dice el diccionario de la RAE: Satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos. Pues si, el que me la hace, me la paga.

A lo largo de mi vida he realizado numerosas venganzas, y aunque dicen que eso está mal, tal vez sea porque ellos no han tenido el placer de disfrutar ver a alguien pagar por lo que te hizo, lo delicioso de esto, es ver pagar al agraviador; aunque muchos dicen que el destino los hará pagar o dios los va a castigar... que aburrido. Prefiero que sean castigados por mi propia mano y así se disfruta más.

Claro que para realizar venganzas se necesita de sangre fría. Si eres de esos que se preocupa por el bienestar de la gente o el castigo de dios. Te aseguró que jamás serás un buen vengador. Y lo importante de esto es hacerlo en caliente, es decir, cuando te acaban de agredir. Hay que hacerlo despacio, para que se disfrute mejor; ya que si llegas con el dañador y lo matas, no valdrá la pena. Tienes que hacerlo sufrir, como dice alguna de mis epístolas, hasta que desee estar muerto. O bueno, tal vez no tanto, pero si tiene que aprender la lección.

Aunque aclaro que esto es valido sólo con personas que se lo merecen, como dice la definición, sólo con aquel que te agravia o te hace daño. Porque si lo haces nada más porque si, estarías siendo el agraviador y tendrás que recibir una venganza.

Algo de lo que me he dado cuenta, es que lo que dicen de que el destino te hará pagar, es un tanto cierto, puesto que el vengador también es como un pecador, ya que consiste en hacerle daño a su prójimo, asi que si decides ser un vengador, tienes que atenerte a las consecuencias. Como yo lo he hecho. Tienes que ser lo sufientemente responsable como para aceptar tu castigo, por decirlo así.

La venganza es un plato que se come frío, y a mi me encanta. Y, una mujer siempre sabe cómo vengarse.

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